De ser el primer acordeonero de Silvestre, al total anonimato. Así vive hoy Román López
Román es hijo y hermano de reyes vallenatos. Miguel López su padre y Alvarito López su hermano, por lo que lleva el talento en las venas, un buen día del año 2001 conoció a Silvestre, y sin pensarlo fue parte fundamental de la carrera de uno de los cantantes más exitosos en la historia del vallenato.
“Por medio de un amigo, a quien le agradezco mucho, Alcides Arregocés Jr. Él tenía un audio mío, de una parranda que hicimos en Valledupar y él se lo puso a Silvestre un día cualquiera en Bogotá… luego nos reunimos en Bogotá, después de Festival, en el año 2001. Él trajo 6 canciones, yo les di el visto bueno, recogimos otras, hicimos el ‘demo’, se lo llevó Silvestre a Bogotá a Gabriel Muñoz y a finales del mes de julio, aprobaron la grabación”. recuerda López.
Cuando grabaron el CD “Tanto para ti”, y el Urumitero se perfilaba ya como uno de los destacados interpretes de la nueva ola del vallenato, Román tomó la decisión de dar un paso al costado, y le abrió la puerta a Juancho De la Espriella, quien fue su reemplazo,
“Desafortunadamente me tocó parar, tuve una fractura en la mano derecha y me quedó un mal hábito de no mover el dedo meñique, me costaba hacer las cosas, no podía tocar rápido y me volví inseguro. Tenía la responsabilidad de ser hijo y hermano de reyes vallenatos y no podía respaldarlo en la tarima, en grabación no tenía problema porque se podía arreglar, pero en las presentaciones en vivo con Silvestre me estresaba”. declaró el acordeonero, quien hoy por hoy hace toques esporádicos con sus colegas, pero no está de lleno en la música.
Recientemente, Silvestre invitó a su primer compañero a uno de sus conciertos virtuales, donde recordaron con cariño aquellas épocas doradas de los inicios del que hoy se dice, es uno de los más grandes de la época.